Las reinas del Paralelo

GRACIA IMPERIO

Vedette de la transición, con cartel en Barcelona, Madrid y Valencia, su atractivo se ceñia al encanto de sus curvas y sus ojos árabes, que la convertían en una diosa sobre los escenarios.  Compañeros de cabaret fueron los artistas Juanito Navarro, Pepe Marqués y Quique Camoiras.

La carrera vestida de pluma, lentejuela y insinuantes y ajustados vestidos de noche vino de la mano de Matias Colsada, empresario madrileño, con negocios en Barcelona, en el "Apolo" del Paralelo, y en Madrid en el teatro de "La Latina".  La platea enloquecia con canciones y bailes como los que interpretaba en el espectáculo "La Caprichosa", con Luis Cuenca y Pedrito Peña, o "A Medianoche", con los mismos compañeros.

Su vida, como tantas otras artistas de la Revista, se vio rodeada de affaires con hombres y el lujo ofrecido por sus fans, que al final quedaron implicados en los antecedentes previos a su muerte, llegada aún en plena carrera en su periodo valenciano.

Un film dirigido por Francesc Betriu "El dia que murio Gracia Imperio", le rindió homenaje en el año 2012.

TANIA DORIS

Al igual que Gracia Imperio, Tania Doris fue llevada de la mano de Matias Colsada al Paralelo Barcelonés, concretamente al "Apolo", teatro del que fue la musa participando en múltiples Revistas de la época de los 60´s ("Esta noche si" con Luis Cuenca y Pedro Peña) y en los 70´s ("Venus de fuego", "Yo soy la tentación", "Seductora", "La dulce viuda", "Deseada" ó "Quiere ser mi amante").

Los títulos de sus carteles definen perfectamente cual era el propósito de las representaciones, distraer al respetable con bailes y canciones sugerentes que dieran a entender un mundo de fantasia, carnaval y liviania, que en aquella época de restricción y persecución política era lo que el público más deseaba disfrutar.

Tania Doris fue la gran diva de la parte baja del Paralelo, que también tuvo un final polémico por la disputa de la herencia del que fue su representante teatral, con el que pasó sus últimos dias.

BELLA CHELITO

La gran artista cubana, amiga del danzón, el cual bailaba a las mil maravillas, cupletista de "La Pulga", y antecesora del género teatral de las variedades.  Nacida en 1886, su madre Doña Antonia se encargó de administrar su carrera, comenzando en cafés de Barcelona y acabando en el Chantecler madrileño del barrio de Sol, en la pl. del Carmen.

Su gran atractivo y su bonita voz, apta para hacer los giros que el "cuple sicalíptico" necesita, la hicieron toda una estrella del cante, era un gozo verla hacer apuntes picarescos en sus letras, y verla insinuar con su cuerpo lo que la letra escondia.

Ella tuvo además la gran suerte de retirarse joven y guapa, en la cima del éxito de los escenarios, luego tuvo alguna reaparición en el 48 en el teatro "Florida" madrileño,  o en el 51 en el "Romea" de Barcelona.

BELLA DORITA

La musa del "Molino" de los años 40´s, tuvo una larga y completa trayectoria como cupletista.  Sus cuplés "La Vaselina", "La Pulga", y "El Tren" causaron furor desde una Gràcia de adopción que la llevó en el 1923 a debutar en los teatros de toda la ciudad.

Tuvo tres maridos diferentes y presumia de suicidios a pares por amor, debutó en el antiguo salon "Amaya",
dió clases de canto con Raquel Meller y pasó por el "Apolo" antes de que lo hiciera Tania Doris.

Su más famoso cuplé "Fumando Espero", que le pidió prestada Sara Montiel.

RAQUEL MELLER

La grandísima, amada y homenajeada frente a su teatro referencia el "Arnau", fue una muchacha modesta, descubierta desde su oficio de modista y aleccionada para enfrentarse a sus más famosos cuples con una más que conseguida e impresionante ejecución "La Violetera" y "El Relicario".

Contemporanea de "La Bella Dorita" y "La Bella Chelito", musa de Charlot en Broadway, y con una carrera más que longeva, la hacen la mayor Vedette original de nuestro querido Paralelo.

La pretendida por "El Molino", en la época de su "Petit palace", y que nunca llegó a actuar allí.

http://artistasoguerreras.blogspot.com.es/ (leed sobre ella en el blog del amigo Diego)

LA BELLA OTERO.-

Nacida en 1868 sufrió una infancia triste que la hizo renegar de su origen, luchando contra la vida que la habia maltratado para llegar a ser una gran artista y vedette del "Folies Bergere", e competencia con Diana de Pougy y Emiliana de Alençon.

Recorrió medio mundo cantando y bailando, presumiendo de su falso pasado andaluz y gitano, y destacando por su baile y su voz, que la hicieron musa de los teatros franceses de la Belle Epoque,  

Musa de Toulouse Lautrec, "La Sirena de los suicidios" para muchos de sus pretendientes, llegó a conocer a Rasputín en Rusia, la primera actriz española conocida internacionalmente en la historia de los escenarios

Su lado oscuro vino reflejado por su ludopatia y su sometimiento al amor de personajes célebres como reyes europeos, amantes que la mantuvieron hasta su muerte en Niza a la edad de 97 años.

http://www.galeriadalonxevidade.com/?page_id=763

LITA CLAVER "LA MAÑA".-

La aragonesa nacida el 45 que primero se dió a conocer en tablaos de la calle Miguel de la Ara al lado del Pilar, y que una vez inmigrada a Barcelona llegó a ser la musa del Molino de los años 70´s, junto a Merche Mar y Vicky Lusson, Escamillo y Johnson.

Como propietario de teatro, fué la última del Arnau, y su peculiar acento la hizo una de las últimas más populares del Paralelo.

LINA MORGAN.-

María de los Ángeles López Segovia, o más conocida como Lines Morgan, fue una actriz y vedette de los años 40´s en la España de la autarquia, que ella vivió amante de su familia directa, de su vida ligada al barrio de "La Latina" madrileña, y de su más que prolongada carrera sobre los escenarios de medio país.

Fue, con todo su valor reconocido, la empresaria y actriz más famosa y rica de España, queridísima de sus amigos y fans, que tuvo una vida profesional llevada dela mano del empresario Colsada, y de su director de cine de cabecera Mariano Ozores.

Acabó sus dias como empresaria, y dedicó los últimos años del género de las "variedades teatrales", a conservar el embrujo que sus montajes producían en una capital en la que el "destape" ya no estaba bién visto.